En nuestra soledad lo único que nos queda…

¿Crees que no lo he notado?, que soy un idiota!, que tus cambios de voz y tus miradas furtivas son solo una parte de tu inocente juego… donde yo me siento el peón de tu diversión, pero claro, tu lo tienes a él en la distancia ¿y yo?, yo la tengo a ella en la cercanía, ambos jugando a ser felices, a la persona ejemplar a la persona que busca sus sueños, ¡mis sueños!, los que vuelan alto, los que juego a alcanzar como forma de vida, los que vuelan contigo, Los que día a día rompen mi espalda. Y la rompen por idiota, porque hay personas que viven sin quebrarse a diario la cabeza, lavando el sedan los sábados por la mañana y llevando a los niños al fútbol. Yo jamás sabré como es así la vida, y sin embargo no me preocupa, es más fácil aceptarlo así, solo aceptarlo. No busco una justificación a mis decisiones, no busco un trasfondo a tus coqueteos, uno puede permanecer, luchar, sufrir… y tus eres la que decides seguir avanzando a este peón, que en el fondo último tampoco eso importa. Sólo tus pasos y tus razones, hoy por favor déjame seguir soñando y quédate esta noche, ya que los sueños poco a poco se consiguen…

P.D. Quedan pocos días para volver a casa.